Ajo (Allium sativum L)
Es
una especie originaria del Asia central, pero su uso se ha extendido por todo
el mundo. Se cultiva desde tiempos muy remotos. Se cree que hacen alrededor de
unos 4 mil años que llegó a las tierras egipcias. Hoy día es cultivado en las
regiones templadas de todo el mundo.
Es
una planta herbácea de la familia Liliácea, generalmente alcanza altura entre
30 a 80 cm. Sus flores son blanquecinas
o rojizas. Su raíz está formada por un bulbo compuesto de varios gajos, que se
conocen como dientes; cubierto por una tela con aspecto de papel. Fruto en
cápsulas. Florece en primavera y verano. La parte mas utilizada de esta hierba
es el bulbo o diente de ajo como más se le conoce.
Composición química
Toda la planta, pero especialmente el bulbo contiene aliína (glucósido
sulfurado), una enzima (aliinasa), vitamina A, B1, B2, C y niacina. La aliína es inodora, pero por la
acción de aliinasa, que se libera y
actúa cuando el ajo es machacado; se convierte primero en aliícina y después en
disulfuro de alilo ( la genina del glucósido) que son los principios activos
mas importantes que comunican el típico olor a ajo. Contiene además minerales
como: potasio, magnesio, hierro, fósforo, calcio, azufre, sodio, selenio, boro
y cinc, entre otros.
Usos terapéuticos
Una de sus principales aplicaciones terapéuticas usada desde la
antigüedad es su uso en dosis elevadas para hacer que la presión arterial
descienda, además tiene efecto vasodilatador por lo que resulta beneficioso
para las personas que sufren de arteriosclerosis y conviene a los que padecen
del corazón como en los casos de angina de pecho o infarto.
Se recomienda comerlo primordialmente crudo; ya que al cocinarlo se
pierden alrededor del 90% de su efectividad.
El ajo es una hortaliza bulbosa cultivada durante siglos tanto por sus
propiedades saborizantes, aromáticas como medicinales. Muy temprano en la
biblia se menciona el ajo, cuando en el libro de Números escrito por Moisés en
el capítulo 11:5 dice “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de
balde, de los pepinos, melones, puerros,
cebollas y ajos.”
Sus propiedades fitoterapeúticas tanto de uso tradicional como
comprobadas a través de estudios
técnicos son variadísimas, entre ellas tenemos las siguientes:
Antihipertensivo en
dosis altas provoca un descenso de la presión arterial, tiene efecto
vasodilatador por lo que además es bueno para las personas que sufren de
arteriosclerosis y a los que padecen del corazón (angina de pecho o infarto).
Normaliza la presión arterial. Bueno para el sistema circulatorio.
Es fluidificante de la sangre, antiagregante plaquetario (impide la
tendencia excesiva de plaquetas sanguíneas a agruparse formando coágulos) y es
fibrinolítico (deshace la fibrina, proteína que forma los coágulos sanguíneos).
Aumenta la fluidez de la sangre bueno para los que han pasado por trombosis;
embolias o accidentes vasculares por falta de riego sanguíneo.
Hipolipemiante:
disminuye el nivel de LDL (colesterol nocivo) en la sangre debido a que dificulta
su absorción en el intestino. Se ha comprobado que el ajo con mantequilla
después del desayuno no deja que el colesterol se eleve en el desayuno de lo
contrario este se eleva en un 20%.
Hipoglucemiante:
normaliza el nivel de glucosa en la sangre.
Antibiótico y antiséptico
general: tiene propiedades antiinfecciosas, como antibiótico frente a los
microorganismos: Escherichia coli que
causa disbacteriosis intestinal e infecciones urinarias. Salmonella typhi que causa la fiebre tifoidea y otros géneros de
salmonella causantes de graves infecciones intestinales.
La acción antibiótica del ajo es más
notable cuando se toma crudo. Su poder bactericida en el conducto intestinal es
selectivo frente a las bacterias patógenas sin afectar la flora saprofita normal;
para lo cual es beneficioso; regula la flora intestinal.
Se recomienda en todo tipo de
diarrea, gastroenteritis, colitis, salmonelosis, disbacteriosis intestinal,
dispepsias fermentativas causantes de flatulencias intestinales o del colon.
Infecciones urinarias, bronquiales, expectorante y antiasmático.
También el ajo estimula las defensas aumentando la actividad de las células
defensivas del organismo los linfocitos y los macrófagos. Estas células
circulan en la sangre y nos protegen de los microorganismos patógenos, además
son capaces de destruir las células cancerosas; al menos en las fases iníciales de la formación
tumoral.
Es además un vermífugo potente contra los tipos de parásitos más frecuentes
intestinales como áscaris, oxiuros, gusanos blancos (que provocan picor anal en
los niños). También es tonificante y depurativo ya que activa las reacciones
químicas del metabolismo y favorece los procesos de excreción de sustancias de
deshechos. Recomendable en estados de debilidad o agotamiento y excesos de
ácidos (gotas, artritis, ciertos reumatismos).
Desintoxicante:
recomendado en tratamiento para dejar de fumar. Normaliza la presión arterial y
favorece la eliminación de mucosidad retenida en los bronquios y regeneración
de mucosa; ayuda a vencer el deseo de fumar. Favorece la eliminación de toxinas
del cuerpo. Se recomienda para los que tienen exceso de ácidos en el cuerpo
como sucede en casos de gota, artritis y algunas clases de reumatismo.
Preventivos:
en tumores malignos, especialmente en cánceres digestivos; por la acción
reguladora sobre la flora intestinal y normaliza el sistema digestivo, aunque
podría estar en relación con sus efectos sobre el conjunto de reacciones
químicas del organismo.
Propiedades medicinales
Antiasmático, antibiótico, antifúngico, antihipertensivo, antiséptico,
descongestionante, depurativo, expectorante, fluidificante, hipolipemiante,
hipoglucemiante, tonificante, vermífugo,
etc.
El ajo favorece una mayor absorción de las vitaminas del complejo B,
imprescindibles para una buena salud del sistema nervioso y cardiovascular.
Hacen alrededor de unos 40 años el científico japonés Fujiwara descubrió que el
azufre contenido en el ajo llamado aliicin acelera la absorción de tiamina o
vitamina B1 en el organismo. Esta vitamina es muy importante para los problemas
del corazón; ya que el cuerpo utiliza el oxígeno para quemar grandes cantidades
de ácido láctico en los músculos del corazón, la B1 actúa como catalizador; es
decir estimula esta acción para que pueda suceder. El ajo aunque contiene
pequeñas cantidades de B1 su característica más importante es que acelera 10
veces la absorción de la vitamina B1.
Son casi innumerables los beneficios que nos brinda el ajo ya sea para
prevenir enfermedades y problemas menores de salud o para combatir los ya
existentes. Pero no solo esto el ajo actúa como una medicina de terreno es
decir trabaja fortaleciendo las propiedades innatas del cuerpo para automejorar
su salud. Por ejemplo el ajo:
Baja el colesterol, combate las inflamaciones e infecciones de la vejiga
urinaria, excelente antibiótico natural, alergias, anemia, artritis, asma,
sinusitis, colon espástico, diabetes, diarrea, sobrepeso, obesidad, bocio,
estreñimiento, incontinencia urinaria, inflamación de la garganta, neuralgia, pie
de atleta, hipertensión, hiperplasia prostática, rejuvenecer, resfriados,
sistema digestivo, tumores, purificador de la sangre, etc, etc.
Modo de Empleo
Son
casi innumerables las formas de utilización del ajo, tanto con fines
alimenticios como medicinales. Prácticamente no se puede determinar donde
termina una y donde inicia la otra, dado su potente poder nutritivo y su gran
versatilidad de uso.
Uso interno
Infusión.-
Se colocan 2 ó 3 dientes de ajo machacados en una taza de agua caliente, se
tapa por unos 5 a 10 minutos. Se deja enfriar, se cuela y luego se toma, o se
hacen gárgaras según sea conveniente.
Decocción.-
Se hierve una cabeza de ajos en un litro de agua durante unos 5 a 10 minutos.
Se deja enfriar, se cuela y se toma 2 ó 3 tazas diariamente.
Aceite
de ajo.- Es una muy buena forma de usar el ajo. Se machacan varios dientes
de ajo en aceite de oliva y se obtiene una masa pastosa, que se puede utilizar
perfectamente como aderezo para las ensaladas.
Caldo.-
Se consiguen muy buenos resultados en caso de reumas alteradas, colocar varios
dientes de ajo crudo, machacado o picado
en pedacitos pequeñitos, luego lo ponemos en una taza con un caldo de
vegetales, y lo tomamos media hora antes de las comidas.
Crudo.-
El ajo crudo ya sea entero (tomar 1 ó 2 dientes en la mañana), picado en
pedacitos o machacado mezclado con los alimentos es una buena forma de
consumirlo.
Uso
externo
Cataplasma.-
Para tratar callos y verrugas hacer una pasta de ajo machacado con aceite de
oliva y aplicar en el área afectada.
Frotación.-
En casos de picaduras de insectos nos frotamos con ajo crudo el área de la
picadura, dándonos muy buenos resultados por su propiedad desinfectante.
En
resumen en cuanto a la salud cardiovascular tenemos que el ajo:
LDL
(nocivo)
|
Baja
|
HDL
(Bueno)
|
Sube
ligeramente
|
Colesterol
total
|
Desciende
|
Triglicéridos
|
Desciende
|
Agregación
plaquetas
|
Reduce
|
Tensión
arterial
|
Reduce
|
Precauciones
Puede producir dolores de cabeza, gastritis y diarrea si se usa en
grandes cantidades. No debe usarse en caso de hemorragias y heridas, tampoco
durante los períodos menstruales; si el sangrado es abundante.
Personas que sufren de hiperacidez, baja presión, enfermedades de la
piel y mujeres lactando no deben consumirlo.
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