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miércoles, 12 de julio de 2017

El Ajo y sus beneficios para la salud

Ajo (Allium sativum L)

         Es una especie originaria del Asia central, pero su uso se ha extendido por todo el mundo. Se cultiva desde tiempos muy remotos. Se cree que hacen alrededor de unos 4 mil años que llegó a las tierras egipcias. Hoy día es cultivado en las regiones templadas de todo el mundo.

Es una planta herbácea de la familia Liliácea, generalmente alcanza altura entre 30 a 80 cm. Sus flores son  blanquecinas o rojizas. Su raíz está formada por un bulbo compuesto de varios gajos, que se conocen como dientes; cubierto por una tela con aspecto de papel. Fruto en cápsulas. Florece en primavera y verano. La parte mas utilizada de esta hierba es el bulbo o diente de ajo como más se le conoce.

           

Composición química
Toda la planta, pero especialmente el bulbo contiene aliína (glucósido sulfurado), una enzima (aliinasa), vitamina A, B1, B2, C  y niacina. La aliína es inodora, pero por la acción  de aliinasa, que se libera y actúa cuando el ajo es machacado; se convierte primero en aliícina y después en disulfuro de alilo ( la genina del glucósido) que son los principios activos mas importantes que comunican el típico olor a ajo. Contiene además minerales como: potasio, magnesio, hierro, fósforo, calcio, azufre, sodio, selenio, boro y cinc, entre otros.
           
Usos terapéuticos
Una de sus principales aplicaciones terapéuticas usada desde la antigüedad es su uso en dosis elevadas para hacer que la presión arterial descienda, además tiene efecto vasodilatador por lo que resulta beneficioso para las personas que sufren de arteriosclerosis y conviene a los que padecen del corazón como en los casos de angina de pecho o infarto.
Se recomienda comerlo primordialmente crudo; ya que al cocinarlo se pierden alrededor del 90% de su efectividad.
El ajo es una hortaliza bulbosa cultivada durante siglos tanto por sus propiedades saborizantes, aromáticas como medicinales. Muy temprano en la biblia se menciona el ajo, cuando en el libro de Números escrito por Moisés en el capítulo 11:5 dice “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos.”
Sus propiedades fitoterapeúticas tanto de uso tradicional como comprobadas  a través de estudios técnicos son variadísimas, entre ellas tenemos las siguientes:
Antihipertensivo en dosis altas provoca un descenso de la presión arterial, tiene efecto vasodilatador por lo que además es bueno para las personas que sufren de arteriosclerosis y a los que padecen del corazón (angina de pecho o infarto). Normaliza la presión arterial. Bueno para el sistema circulatorio.
      Es fluidificante de la sangre, antiagregante plaquetario (impide la tendencia excesiva de plaquetas sanguíneas a agruparse formando coágulos) y es fibrinolítico (deshace la fibrina, proteína que forma los coágulos sanguíneos). Aumenta la fluidez de la sangre bueno para los que han pasado por trombosis; embolias o accidentes vasculares por falta de riego sanguíneo.
Hipolipemiante: disminuye el nivel de LDL (colesterol nocivo) en la sangre debido a que dificulta su absorción en el intestino. Se ha comprobado que el ajo con mantequilla después del desayuno no deja que el colesterol se eleve en el desayuno de lo contrario este se eleva en un 20%.
Hipoglucemiante: normaliza el nivel de glucosa en la sangre.
Antibiótico y antiséptico general: tiene propiedades antiinfecciosas, como antibiótico frente a los microorganismos: Escherichia coli que causa disbacteriosis intestinal e infecciones urinarias. Salmonella typhi que causa la fiebre tifoidea y otros géneros de salmonella causantes de graves infecciones intestinales.
            La acción antibiótica del ajo es más notable cuando se toma crudo. Su poder bactericida en el conducto intestinal es selectivo frente a las bacterias patógenas sin afectar la flora saprofita normal; para lo cual es beneficioso; regula la flora intestinal.
            Se recomienda en todo tipo de diarrea, gastroenteritis, colitis, salmonelosis, disbacteriosis intestinal, dispepsias fermentativas causantes de flatulencias intestinales o del colon. Infecciones urinarias, bronquiales, expectorante y antiasmático.
            También el ajo estimula las defensas aumentando la actividad de las células defensivas del organismo los linfocitos y los macrófagos. Estas células circulan en la sangre y nos protegen de los microorganismos patógenos, además son capaces de destruir las células cancerosas; al menos  en las fases iníciales de la formación tumoral.
            Es además un vermífugo potente contra los tipos de parásitos más frecuentes intestinales como áscaris, oxiuros, gusanos blancos (que provocan picor anal en los niños). También es tonificante y depurativo ya que activa las reacciones químicas del metabolismo y favorece los procesos de excreción de sustancias de deshechos. Recomendable en estados de debilidad o agotamiento y excesos de ácidos (gotas, artritis, ciertos reumatismos).
            Desintoxicante: recomendado en tratamiento para dejar de fumar. Normaliza la presión arterial y favorece la eliminación de mucosidad retenida en los bronquios y regeneración de mucosa; ayuda a vencer el deseo de fumar. Favorece la eliminación de toxinas del cuerpo. Se recomienda para los que tienen exceso de ácidos en el cuerpo como sucede en casos de gota, artritis y algunas clases de reumatismo.
            Preventivos: en tumores malignos, especialmente en cánceres digestivos; por la acción reguladora sobre la flora intestinal y normaliza el sistema digestivo, aunque podría estar en relación con sus efectos sobre el conjunto de reacciones químicas del organismo.

Propiedades medicinales
Antiasmático, antibiótico, antifúngico, antihipertensivo, antiséptico, descongestionante, depurativo, expectorante, fluidificante, hipolipemiante, hipoglucemiante,  tonificante, vermífugo, etc.
El ajo favorece una mayor absorción de las vitaminas del complejo B, imprescindibles para una buena salud del sistema nervioso y cardiovascular. Hacen alrededor de unos 40 años el científico japonés Fujiwara descubrió que el azufre contenido en el ajo llamado aliicin acelera la absorción de tiamina o vitamina B1 en el organismo. Esta vitamina es muy importante para los problemas del corazón; ya que el cuerpo utiliza el oxígeno para quemar grandes cantidades de ácido láctico en los músculos del corazón, la B1 actúa como catalizador; es decir estimula esta acción para que pueda suceder. El ajo aunque contiene pequeñas cantidades de B1 su característica más importante es que acelera 10 veces la absorción de la vitamina B1.
Son casi innumerables los beneficios que nos brinda el ajo ya sea para prevenir enfermedades y problemas menores de salud o para combatir los ya existentes. Pero no solo esto el ajo actúa como una medicina de terreno es decir trabaja fortaleciendo las propiedades innatas del cuerpo para automejorar su salud. Por ejemplo el ajo:
Baja el colesterol, combate las inflamaciones e infecciones de la vejiga urinaria, excelente antibiótico natural, alergias, anemia, artritis, asma, sinusitis, colon espástico, diabetes, diarrea, sobrepeso, obesidad, bocio, estreñimiento, incontinencia urinaria, inflamación de la garganta, neuralgia, pie de atleta, hipertensión, hiperplasia prostática, rejuvenecer, resfriados, sistema digestivo, tumores, purificador de la sangre, etc, etc.

Modo de Empleo
            Son casi innumerables las formas de utilización del ajo, tanto con fines alimenticios como medicinales. Prácticamente no se puede determinar donde termina una y donde inicia la otra, dado su potente poder nutritivo y su gran versatilidad de uso.
  
Uso interno
         Infusión.- Se colocan 2 ó 3 dientes de ajo machacados en una taza de agua caliente, se tapa por unos 5 a 10 minutos. Se deja enfriar, se cuela y luego se toma, o se hacen gárgaras según sea conveniente.

        Decocción.- Se hierve una cabeza de ajos en un litro de agua durante unos 5 a 10 minutos. Se deja enfriar, se cuela y se toma 2 ó 3 tazas diariamente.

         Aceite de ajo.- Es una muy buena forma de usar el ajo. Se machacan varios dientes de ajo en aceite de oliva y se obtiene una masa pastosa, que se puede utilizar perfectamente como aderezo para las ensaladas.

            Caldo.- Se consiguen muy buenos resultados en caso de reumas alteradas, colocar varios dientes de ajo crudo, machacado o picado en pedacitos pequeñitos, luego lo ponemos en una taza con un caldo de vegetales, y lo tomamos media hora antes de las comidas.

            Crudo.- El ajo crudo ya sea entero (tomar 1 ó 2 dientes en la mañana), picado en pedacitos o machacado mezclado con los alimentos es una buena forma de consumirlo.

            Uso externo
            Cataplasma.- Para tratar callos y verrugas hacer una pasta de ajo machacado con aceite de oliva y aplicar en el área afectada.

            Frotación.- En casos de picaduras de insectos nos frotamos con ajo crudo el área de la picadura, dándonos muy buenos resultados por su propiedad desinfectante.

            En resumen en cuanto a la salud cardiovascular tenemos que el ajo:

LDL (nocivo)
Baja
HDL (Bueno)
Sube ligeramente
Colesterol total
Desciende
Triglicéridos
Desciende
Agregación plaquetas
Reduce
Tensión arterial
Reduce

            Precauciones
Puede producir dolores de cabeza, gastritis y diarrea si se usa en grandes cantidades. No debe usarse en caso de hemorragias y heridas, tampoco durante los períodos menstruales; si el sangrado es abundante.
Personas que sufren de hiperacidez, baja presión, enfermedades de la piel y mujeres lactando no deben consumirlo.


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